viernes, 5 de junio de 2009

Cementerio Neptuno

Es quizá el producto más vanguardista de la industria de las exequias. “Una maravilla del diseño y la ingeniería”, según sus promotores. Está sumergido en el Atlántico, a unos 5 kilómetros al este de la exclusiva isla de Key Biscayne. Si uno bucea en esas aguas se topará con una aparente ruina arqueológica. La escenografía empieza en dos puertas metálicas de más de tres metros de alto con la forma de gigantescas alas de mariposa. Desde allí, puestos a cada lado de la entrada, dos leones de piedra parecen olfatear el silencio de las corrientes marinas para prevenir intrusos. El interior es un complejo de columnas que simulan haber soportado antiguas bóvedas, a la manera de los palacios desmoronados de la Grecia clásica. Esta es una Atlántida para los muertos. En Neptuno solo hay lápidas en forma de conchas marinas y sepulcros con apariencia de columnas dóricas. Antes de este lugar, el mayor homenaje que se podía hacer a quien en vida manifestó alguna clase de amor especial al mar era esparcir sus cenizas sobre las olas. Ahora es posible hacerlo parte del arrecife artificial más grande del mundo: dos mil toneladas de estructuras de concreto en un área de casi 65 mil metros cuadrados, según el proyecto original. La idea es fruto de una combinación de ingenios. Hacia julio del 2003, el empresario Gary Levine se propuso construir un arrecife artificial en una zona de arenas estériles frente a Miami. A diferencia de otros proyectos parecidos, este serviría a la vez como monumento para difuntos, parque temático para buzos, refugio ecológico para peces y corales y una obra maestra del arte en sí misma.

1 comentario: